Se necesitan acciones concretas y trasversales para avanzar en un nuevo modelo de movilidad

Recientemente hablábamos de la importancia de “no dejar a nadie atrás” en la transformación de la movilidad hacia una movilidad descarbonizada.  Ya no se trata solo de pensar en una transición hacia una movilidad/transporte descarbonizado sino justa y universalmente accesible para todos.

Nos encontramos frente a una gran oportunidad para que las políticas públicas, los planes, proyectos e inversiones que se realicen tengan en consideración criterios de reducción de emisiones, beneficien a la salud de los ciudadanos y tengan en consideración criterios que tiendan a reducir las desigualdades que se pueden encontrar en temas vinculados a la movilidad. Una mirada transversal. 

Parte de hacer realidad el tan escuchado “no dejar a nadie atrás” implica realizar algunas preguntas sobre los impactos que tiene el modelo actual de movilidad para aquellos colectivos más vulnerables y tomar acciones concretas para reducirlos.

• ¿Qué impactos tiene la vulnerabilidad económica y social en cómo se mueven las personas? Muchas personas y familias gastan en transporte más de lo que sus ingresos permiten.
• ¿Cómo impacta estar en una situación de vulnerabilidad a la hora de decidir cómo moverse? Pueden todos elegir libremente qué medio de transporte resulta más conveniente para moverse a sus actividades diarias.
• ¿Están los sistemas de transportes adaptados a las necesidades reales de las personas? Por ejemplo, líneas de transporte que pasan con menor frecuencia en horarios que son pico laborales en zonas no céntricas, zonas de las ciudades que se encuentran conectadas a través de múltiples medios de transporte público y falta de medidas que tiendan a reducir los costos que tiene tomar más de un transporte. 
• ¿Se están considerando las necesidades de las personas mayores, los niños, las personas con discapacidad a la hora de pensar los tan necesarios cambios en nuestro sistema de movilidad? Se está considerando la accesibilidad de las infraestructuras asociadas al transporte, las barreras arquitectónicas presentes en las calles y en los transportes. 
• ¿Se está priorizando, a la hora de pensar las ciudades, en una movilidad activa, a pie y en bicicleta, como una de las alternativas más importantes al coche?  A la hora de pensar las obras en las ciudades, principalmente en las zonas no céntricas, se están considerando realizar infraestructuras que tiendan a facilitar la movilidad de estos colectivos, como espacios para sentarse, resguardarse del sol y la lluvia, barandas, entre otros.

Es momento de respondernos no en abstracto, sino a comenzar a pensar en las políticas que se realizan cuantas medidas tienden efectivamente a favorecer que todas las personas puedan moverse para que el “no dejar a nadie atrás” o “poner en el centro a la persona” no quede relegada a un documento o trámite pero sin acciones que lo hagan realidad.  

En este sentido, cobran vital importancia los datos, estadísticas, las perspectivas transversales e integrales en las políticas públicas, programas, inversiones, la promoción de la participación en el fomento de las alternativas más sostenibles y saludables de transporte en la ciudad, entre otros. 

Para ello creemos que es imprescindible que quienes trabajan con estos colectivos tengan voz para poder plasmar y trabajar en las demandas concretas de esos colectivos, al fin y al cabo son quienes más conocen las barreras, las necesidades y pueden trabajar conjuntamente para presentar alternativas más realistas y sostenibles para realizar un cambio en cómo concebimos hoy la movilidad.