Como avanzar en un nuevo modelo de movilidad con el foco en la persona
La Unión Europea, y España, se hallan inmersos en un proceso de transición ecológica con el objetivo último de alcanzar la neutralidad climática. Pero esta transición que se plantea también va más allá y se hace hincapié en que debe ser justa e integradora, otorgando prioridad a la dimensión humana.
Uno de los puntos centrales para lograr la neutralidad climática tiene que ver con el transporte y la movilidad. El transporte tiene, en este sentido, altos costes para nuestra sociedad: emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes, ruido, atascos y accidentes de tráfico, entre otros.
Esto nos lleva a pensar en por qué resulta tan necesario avanzar hacia un nuevo modelo de movilidad. Los factores a considerar son múltiples, y algunos de ellos:
- El sector del transporte es uno de los principales emisores de CO2 en España, representa más del 26% del total de las emisiones.
- La contaminación que genera el tráfico es de las más dañinas para nuestros pulmones. Además del NO2, se emiten más partículas que son causa de un mayor número de enfermedades y afecta especialmente a la población más vulnerable.
- Peligrosidad vial, atascos, accidentes de tráfico, contaminación acústica.
- Ciudades pensadas para el vehículo privado.
- El creciente uso del vehículo privado unido al escaso ordenamiento urbanístico y circulatorio ha convertido muchos espacios públicos en aparcamientos, limitando o impidiendo su uso.
- Entornos rurales no conectados, que limitan las condiciones de igualdad entre la población.
- La dependencia del coche expulsa a los sectores más desfavorecidos de la población, quienes por su renta, edad o condición física no pueden asumir un vehículo propio. Además, el automóvil es el modo de transporte más ineficiente y por tanto el más caro, principalmente cuando se le da un uso individual.
Hoy en día el coche privado tiene aún un alto predominio, pero son muchas las propuestas que tienden a realizar cambios en cómo concebimos la movilidad. Estas propuestas y su implementación varía considerablemente en cada lugar y su ejecución no es uniforme en todo el territorio español. Algunas de ellas son:
- Implementación de Zonas de Bajas Emisiones: La Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece que las 149 localidades de más de 50.000 vecinos deben contar con este tipo de áreas, donde se restringe la circulación de los vehículos en función de lo contaminantes que sean.
- Creación y ampliación de zonas de cero emisiones, áreas de prioridad residencial, áreas de tráfico restringido, generalización de recorridos peatonales continuos y peatonalizaciones.
- Ampliación de la infraestructura ciclista y la bicicleta como sistema de movilidad activa elegible por parte del ciudadano para sus desplazamientos habituales.
- El transporte público descarbonizado como uno de los pilares fundamentales.
- Apuestas por el incremento de la movilidad compartida.
- Nuevas propuestas para la distribución urbana de mercancías
- Reordenamiento del espacio urbano, priorizando la compatibilidad de los entornos urbanos y la biodiversidad a través de su renaturalización.
- Fomento de la intermodalidad entre los diversos medios de transporte.
- Creación de aparcamientos disuasorios.
- Ampliación de los puntos de recarga de vehículos eléctricos.
Ahora bien, todas estas medidas pueden ser consideradas desde una perspectiva técnica, y como mecanismos de fomento para la descarbonización del transporte o bien como formas de replantear la movilidad poniendo el foco en la persona.
Cuando pensamos en movilidad, no podemos dejar de considerar que ésta resulta fundamental para nuestro día a día: todos nos movemos. Nos movemos para trabajar, para estudiar, para acceder a los servicios de salud, para hacer deporte, para nuestra vida social. Nos movemos en las ciudades y nos movemos en los entornos rurales.
La movilidad tiene un gran impacto en el día a día de las personas y en la igualdad de oportunidades que estas tengan, por eso es que nos encontramos en un momento clave para profundizar en que la transición hacia la descarbonización del transporte y la neutralidad climática se realice sin dejar a nadie atrás, que el centro sea efectivamente la persona.
Ahora, ¿todos podemos acceder a servicios de transporte y movernos con calidad? ¿Qué barreras existen para que nos movamos? Si queremos poner el foco en la persona y no dejar a nadie atrás, estas son algunas preguntas centrales a responder.
Es un momento para reflexionar sobre qué se está haciendo para “no dejar a nadie atrás” en la transformación de la movilidad hacia una movilidad descarbonizada; como se está poniendo el foco en la persona en cada una de las acciones, para consolidar una movilidad descarbonizada, sostenible, más justa, universalmente accesible: una movilidad que no deje a nadie atrás.